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Proyecto museográfico de Melinka avanza a toda máquina

Falta muy poco para que la iniciativa de convertir al ex campo de prisioneros de Puchuncaví en un museo de sitio vea la luz. La meta es abrir este espacio a toda la comunidad para dar a conocer la historia de este lugar que fue colonia de veraneo y campo de concentración en dictadura, para así fomentar una cultura de educación y respecto en derechos humanos.

Una cajetilla de cigarros de los años setenta. Unas «calugas», como se llamaban a pequeños trozos de papel escritos con letra muy pequeña, para enviar mensajes ocultos y otros vestigios de los años ochenta y noventa son parte de los “tesoros” que el equipo de trabajo está recuperando y transformando lo que fuera un sitio abandonado por tantos años encontrados en estos meses.

Imagen de objeto de la colección museográfica de la Corporación que fue encontrado en cabaña.

Así avanza la Corporación de Memoria y Cultura de Puchuncaví para convertirse en un museo de sitio sobre la base de la recuperación tanto del entorno del campo como de la cabaña, que fue trasladada desde Maitencillo hasta Puchuncaví, para ser ubicada en la locación exacta donde fue usada como campo de prisioneros políticos, entre 1973 y 1976.

Esto, en el marco del proyecto “Diseño e Implementación del Proyecto Museológico y Museográfico en Museo de Sitio Balneario Popular y Campo de Prisioneros Políticos Melinka-Puchuncaví, Etapa-1”, del Fondo Concursable para Proyectos de Cultura y Sitios de Memoria 2021 de la Unidad Programa de Derechos Humanos, financiado por la Subsecretaría de Derechos Humanos (SDDHH) del Ministerio de Justicia y los DDHH desde el mes de junio del presente año.

En este proyecto, la Corporación de Memoria y Cultura de Puchuncaví propuso una iniciativa para diseñar, implementar y consolidar un proyecto museológico y museográfico en Sitio Balneario Popular y Campo de Prisioneros Políticos Melinka-Puchuncaví.

“Hemos estado trabajando fuertemente para avanzar y cumplir los tiempos del proyecto. A pesar de los contratiempos del entorno pandémico y superar los imponderables como es la dificultad en adquirir ciertos materiales. Afortunadamente el equipo humano y profesional con el que contamos está muy comprometido con la iniciativa  y se ha podido avanzar lo más posible en dejar habilitada la cabaña destacando sus diferentes etapas de ocupación de lo que ha sido el sitio de memoria de Melinka-Puchuncaví: balneario popular, centro de detención, abandono y hoy monumento nacional en categoría histórico (MH), museo de sitio, así como el trabajo relacionado con la conservación del atributo cancha de basquetbol” explica Silvana Griffero Jefa del Proyecto.

De este modo, el proyecto camina rápidamente hacia su concreción.

“Avanzamos hacia el sueño de hacer de un centro de detención una obra para toda la comunidad que de cuenta de nuestra historia reciente y permita generar en torno a ella una cultura de respecto, memoria y derechos humanos, que sea para toda la comuna de Puchuncaví”, recalca Rodrigo del Villar, presidente de la Corporación.

Escucha podcast C. Montiel, en visita guiada por Melinka-Puchuncaví

PRONTA INAUGURACION

En el proyecto trabaja un equipo interdisciplinario constituido por una museóloga, técnicas en conservación, bióloga, diseñadores industriales, e ingeniera junto a la a directiva, amigos y amigas de la Corporación.

Imagen de una de las reuniones de trabajo del equipo.

La meta es que, al finalizar este proyecto, se dispondrá de un guión museográfico, soportes físicos para exhibir las colecciones museográficas que permitirán la gestión de visitas guiadas en el Museo de Sitio a estudiantes y público en general.

Conversamos con Tatiana Wolff, museóloga a cargo de asesorar al proyecto y con trayectoria en temas vinculados a Derechos Humanos, “Mi asesoría fue proponer un recorrido temático conceptual de lo que podría ser el perfil del museo con una primera sala para abordar la recuperación de la cabaña y toda la lucha que han estado dando en la Corporación y la idea de a futuro tener un centro cultural además del museo de sitio”, explica.

“Hay una segunda sala, para Balneario Popular, luego la tercera sala más relacionada con el campo de prisioneros la resiliencia, resistencia y represión  propiamente tal y luego la cuarta sala que será una reconstrucción de una cabaña-celda, tal cual era [en los setenta], todas las salas incorporan además fotografias”, detalla.

Tatiana comenta que, durante los meses de trabajo, aparecieron en el camino otros elementos que a futuro se van a destacar e integrar al museo de sitio, tales como rayados en los muros o elementos de la cancha de básquetbol, que fue construida por los mismos detenidos y que entonces tiene un valor especial adicional.

“Hay un trabajo con el Centro Nacional de Conservación y Restauración (CNCR) de restauración de la cancha de basquetbol y la cabaña en sí misma [junto a] otros objetos más pequeños que se han ido encontrando a partir de la desmantelación de la cabaña. (…) Además un desafío extra para los diseñadores y museógrafos fue diseñar un mobiliario  auto soportante, ya que no se intervenir la cabaña ni el espacio (MH) y la cual se debe seguir protegiendo” indica la profesional.

El trabajo registra importantes avances, “en torno a un 75%” dice Wolff, en parte porque debido a la pandemia y sus efectos, hubo inconvenientes con los traslados hacia la zona, pero también porque hay escasez de ciertos materiales, especialmente maderas, para avanzar más rápido en instalaciones y soportes.

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